mayo 2020
Llama
la atención que, tratándose de una tradición que hunde sus raíces antes de la Era Cristiana en un
remoto lugar, el Yoga ha llegado hasta nuestros días y se ha colado en la
moderna sociedad occidental. ¿Por qué practicamos Yoga? ¿Qué buscamos con el
Yoga? Como suele decirse: “algo tendrá el agua cuando la bendicen”.
Todos
hemos oído alguna vez algo sobre el Yoga. La palabra “yoga” la hemos escuchado,
e incluso pronunciado, probablemente más veces de las que creemos. Cada uno
tendrá una idea de qué es el Yoga. Pero, ¿qué es el Yoga? ¿Es una técnica de
meditación? ¿Es un método de relajación? ¿Es un sistema integral para
mantenerse sano? ¿Es una religión? ¿Es un tipo de gimnasia? El Yoga, podría
decirse, es un gran conocido que casi nadie conoce realmente.
Transmitida
en gran parte de forma oral, esta tradición ha evolucionado a lo largo de la
historia a través de distintas formas, por ello no es fácil explicar de manera
simple, ni breve, la diversidad de estilos y variedades que se cobijan bajo el
paraguas del Yoga.
Hay diferentes maneras de entender y de
practicar Yoga; distintas escuelas. Y por tanto, la práctica que se realice va
a depender mucho, no sólo de la escuela o tradición que siga su profesor, sino
de la propia práctica y concepción que éste tenga del Yoga. En general, cuando
hablamos de Yoga “moderno” en occidente, lo más seguro es que nos estemos
refiriendo a Hatha Yoga o a algún
estilo derivado de éste.
Podríamos
definir el Hatha Yoga como el “Yoga de la fuerza”. Es una práctica basada, principalmente, en el trabajo del cuerpo con
posturas a las que llamamos asanas. Básicamente en una clase de Hatha
Yoga se trabaja con asanas,
relajación y respiración.
·
Relajación: Se utiliza con varios
objetivos: entrar en situación; concentrarse en la respiración y en las
sensaciones corporales; sentir los efectos que la práctica produce en el cuerpo
y la mente; o “simplemente” entregarse a un momento de paz y calma en el que olvidarse
de todo permite que la práctica realizada proporcione el máximo beneficio. Aunque
pueda parecer lo contrario, la relajación no es un fin en sí mismo, sino una
consecuencia.
·
Respiración: Podemos aguantar horas
sin beber, días sin comer, pero sólo unos minutos sin respirar. Ya sea con
ejercicios específicos o durante la práctica, el Hatha Yoga nos ayuda a conocer
cómo respiramos y cómo podemos mejorar nuestra manera de respirar. Durante la
relajación se dirige la atención a la respiración y se aprende a calmarla y a recorrer
con ella las distintas partes del cuerpo incrementando la conciencia corporal.
En las posturas, la respiración se utiliza para que nos ayude a controlar el
cuerpo y la mente.
·
Posturas (asanas): No se trata de
contorsionar el cuerpo hasta el límite de lo inverosímil, sino de aprender el
trabajo que el cuerpo, en coordinación con la mente y la respiración, tiene que
hacer en cada postura. Se trata de entender cuál es la forma de trabajar, qué parte
del cuerpo hay que activar o relajar y cómo se logra esa activación o
relajación. En este punto hay que tener muy claro que no todas las personas pueden hacer lo mismo, ni de la misma manera, ya
que cada cuerpo es diferente y tiene sus propias proporciones y elasticidad.
Que alguien no tenga mucha flexibilidad no le impide entender y realizar el trabajo
que tiene que hacer en un asana aunque no llegue al límite del estiramiento. El resto vendrá con el
tiempo y la práctica.
Cuando
me formé como instructor me dijeron que “el Yoga no es para todo el mundo”. No
sé si esto es realmente así, o si es al revés, es decir: “no todo el mundo es
para el Yoga”. Sin esfuerzo, paciencia y perseverancia es difícil lograr una buena práctica. A la clase de Yoga
no va sólo el cuerpo, tiene que ir también la mente. Y en clase, en la práctica, la mente simplemente permanece
en cada momento, en cada asana, en cada inspiración, en cada
espiración.
La práctica de Yoga puede aportar
diferentes beneficios; pero hay que probarlo para experimentar las sensaciones;
no rendirse a la primera, dejarse llevar durante la práctica, sentir cómo ese cofre cerrado, que es el cuerpo en unión
con la mente, poco a poco se va abriendo, y olvidarse de todos los problemas,
olvidarse incluso de lo que no son problemas, limitarse a estar con uno mismo,
regalarse un momento de paz y calma.
Shanti.
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- La palabra hatha significa fuerza. La idea que encierra el hatha yoga es que un cuerpo frágil o enfermo puede significar un serio obstáculo en el camino de la liberación y que, por consiguiente, debe ser ejercitado de forma adecuada. El hatha yoga incorpora en su programa un gran número de técnicas para purificar el cuerpo y estabilizar sus energías. Incluye asimismo numerosas posturas (asanas) utilizadas para mantener o restablecer el bienestar del yogui, mejorar la flexibilidad y vitalidad corporal, y también, en algunos casos, como postura adecuada para una prolongada meditación. La esencia del hatha yoga es un incuestionable control de la respiración (pranayama), y ofrece variedad de técnicas para manipular la energía (prana) del cuerpo por medio de la respiración.
Yoga. Introducción a los principios y la práctica de una antiquísima tradición. FEUERSTEIN, Georg.
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"La práctica del yoga es una exploración de nuestro cuerpo. Hay que tener en cuenta que existen múltiples interpretaciones de las posturas. Además, existen también variantes de cada postura, dependiendo del sistema de hatha yoga que se practique y de la experiencia de cada uno. Disfruta de tu práctica y busca tus propias interpretaciones. Descubre qué es lo que funciona para que puedas abrir tu propia puerta a la experiencia individual del yoga."
La posturas clave en el Hatha Yoga. LONG, Ray.
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